Antecedentes

Las colonias marginadas, que a menudo se encuentran a lo largo de la frontera entre Texas y México, carecen de servicios básicos como agua potable, alcantarillado sanitario y calles pavimentadas. La mayoría de los residentes de estas colonias utilizan sistemas sanitarios propios, como fosas sépticas, para manejar sus aguas residuales; sin embargo, estos sistemas a menudo no se instalan de acuerdo con la normatividad, lo que da como resultado sistemas mal construidos y mantenidos. Asimismo, la mayoría de los residentes que no tienen acceso a un sistema de distribución de agua potable, dependen de pozos para obtener agua. Sin embargo, al haber sido construidos en un entorno en gran parte no regulado, el agua de esos pozos es susceptible a contaminación de varias fuentes, incluidas las fosas sépticas deficientes.

El Estado de Texas ha instituido una serie de programas para remediar las condiciones en las colonias marginadas existentes, así como para prevenir el desarrollo de nuevas colonias deficientes. En 1999, el Estado emprendió un plan para financiar conexiones domiciliarias en las áreas marginadas de siete comunidades que tenían, o muy pronto tendrían, acceso a un sistema centralizado de agua y saneamiento, pero donde los residentes no contaban con la capacidad financiera de conectar su hogar al sistema. Una de las comunidades incluidas en el plan fue Combes, Texas.

Alcance del proyecto 

En el caso de Combes, el Proyecto consistió en la instalación de hasta 728 descargas y 35 tomas domiciliarias. Además, el proyecto incluyó un programa de difusión pública con el propósito de identificar a los residentes elegibles y ayudarles a elaborar la solicitud y el contrato del servicio.

Beneficios

A través del proyecto, se brindaron por primera vez los servicios de agua potable y saneamiento a 613 hogares, con lo cual se reducen los riesgos a la salud asociados con la construcción inadecuada de pozos y la disposición de aguas residuales en sistemas que no cumplen con la normatividad.