Históricamente, Estados Unidos ha dependido en gran medida de los combustibles fósiles para la generación de energía eléctrica. Estas fuentes convencionales de energía afectan el medio ambiente debido a las emisiones nocivas que producen, incluyendo los gases de efecto invernadero (GEI) y otros contaminantes, como el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx). Por consiguiente, existe la necesidad de contar con alternas energéticas asequibles y ecológicas distintas a las fuentes convencionales derivadas de hidrocarburos.
Los proyectos de energía renovable brindan la oportunidad de generar electricidad a partir de fuentes que no producen GEI y otros contaminantes criterio (SO2, NOx, etc.) como los liberados por las plantas a base de combustibles fósiles. La luz solar es una fuente limpia de energía renovable, lo que significa que puede utilizarse de forma continua sin agotar los recursos naturales y sin producir desechos que requieran disposición, ni emitir gases a la atmósfera. Además, la producción de energía solar no consume ni contamina el agua, aunque es posible que se utilicen cantidades pequeñas para la limpieza de los paneles de vez en cuando
En 1999, Texas estableció una Normatividad del Portafolio de Energía Renovable (RPS, por sus siglas en inglés) como parte de la legislación estatal de reestructuración de la industria eléctrica por medio del proyecto de ley No. 7 del Senado, la cual fue elaborada para incrementar el suministro de energía renovable y los beneficios ambientales asociados para la población de Texas. En 2005, la Legislatura de Texas aprobó normas más agresivas, mediante las cuales se aumentó el mandato de energía renovable total del estado a 5,880 MW para 2015 y a 10,000 MW para 2025. Texas ya ha superado estas metas. En 2021, el estado tenía una capacidad instalada de 43,208 MW y se generaban 114,395 GWh de electricidad proveniente de fuentes solares y eólicas.
El proyecto consiste en el diseño, construcción y operación de un parque solar con una capacidad de generación de 200 megawatts en corriente alterna (MWca).
Los componentes principales del proyecto incluyen: 498,000 módulos fotovoltaicos bifaciales de celdas monocristalinas en un sistema de seguimiento de un solo eje, 62 inversores, para transformar la corriente directa de los módulos en corriente alterna, una subestación elevadora para transformar la electricidad de 34.5 kV en 345 kV y un sistema SCADA para monitorear, operar y controlar el parque de forma remota, así como para documentar el desempeño del sistema fotovoltaico en comparación con su producción proyectada.
El parque solar se desarrollará sobre aproximadamente 693 hectáreas de terreno privado y se interconectará a la línea de transmisión existente “Uvalde-Razorback” de 138 kV que opera ERCOT y pasa por encima del sitio del proyecto. Dicha línea se conecta con dos subestaciones principales: la subestación Uvalde en el lado oeste del proyecto (dentro de la región fronteriza de 100 km) y la subestación Razorback en el lado este del proyecto (fuera de la región fronteriza de 100 km). La electricidad generada por el parque se venderá a empresas privadas o en el mercado eléctrico mayorista que opera ERCOT.
El proyecto aumentará la capacidad instalada para generar energía a partir de recursos renovables, lo que permitirá reducir la demanda futura de electricidad producida en forma convencional a base de combustibles fósiles y de esa forma contribuirá a evitar la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes derivados de ese tipo de generación eléctrica. Los resultados previstos por el proyecto incluyen la generación de aproximadamente 515.2 gigawatts-hora de electricidad durante el primer año de operación, de los cuales se estima que aproximadamente el 35% sea consumido en la región fronteriza, equivalente al consumo anual de 13,735 viviendas (38,870 personas). En su totalidad, el proyecto contribuirá a evitar la emisión estimada de 220,085 toneladas métricas/año de CO2, 164 toneladas métricas/año de NOx y 164 toneladas métricas/año de SO2.